Personal atento y amistoso, comida deliciosa y ambiente natural hermoso. ¡Volveremos! 🌿

Me hospedé en Glamping Hills durante mi viaje de tránsito y la ubicación fue simplemente perfecta. El aeropuerto más cercano se encuentra a solo 30 km, lo cual hizo que mi llegada y salida del hotel fuera extremadamente conveniente. Además, cabe destacar que el entorno natural de Santa Comba de Rossas es absolutamente encantador y me permitió disfrutar de una escapada relajante durante mi corta estancia.

Siendo tiquismiquis, le pediría al cura del pueblo que las campanas empezasen a tocar las horas un poco más tarde. Aunque sé que es una característica típica de los pueblos, el sonido temprano de las campanas puede resultar molesto para aquellos que desean descansar un poco más por la mañana.

Mi estancia en Glamping Hills fue muy conveniente ya que estaba buscando un lugar para pernoctar durante mi viaje y este hotel cumplió con mis necesidades. Además, la ubicación del hotel es excelente, ya que el aeropuerto más cercano está a solo 30 km de distancia, lo cual es muy conveniente para los viajeros como yo que necesitan un acceso rápido y fácil al transporte aéreo.

Siendo tiquismiquis, le pediría al cura del pueblo que las campanas empezasen a tocar las horas un poco más tarde :D

Nos alojamos en un lugar con maravillosas vistas a la piscina. La fresca brisa acariciaba nuestras caras mientras disfrutábamos de nuestro desayuno continental en la terraza. ¡Fue como estar en un paraíso tropical sin salir de Santa Comba de Rossas!

Distancia al Aeropuerto: 35 km.

El trato recibido por parte de Joao, Carlos y todo el equipo de trabajadores fue excepcional. Desde el momento en que llegamos nos hicieron sentir como en casa y nos facilitaron todo lo que necesitábamos dentro de sus posibilidades. Destaco especialmente la amabilidad y atención de todo el personal. Además, la comida en el hotel estaba deliciosa y se notaba que estaba hecha con cariño. Las instalaciones y el entorno eran preciosos y estaban muy bien cuidados. Desde los pájaros cantando, las ranas del estanque, hasta las recomendaciones de turismo, todo nos hizo olvidarnos del teléfono y disfrutar plenamente de nuestra estancia. Sin duda, volveremos.